La Quebrada de los Cuervos es uno de los lugares más maravillosos de Uruguay que, sin duda, tendrían que conocer en todo el mundo.
La Quebrada se considera un sitio reservado para el turismo aventura, difícil de acceder y con pocos servicios. Son varios los mitos, pero hoy les presentamos sus correspondientes verdades. Seguramente, tener datos certeros, ayudará a que muchos se animen a ir a contemplar en vivo y en directo este espectáculo que la naturaleza regaló al departamento de Treinta y Tres.
A pesar de que Uruguay se describe como un país de suaves ondulaciones sin amplias llanuras ni grandes montañas, no es una definición real.
Hay quebradas impactantes como la Quebrada de los Cuervos, que con sus alrededor de 300 metros de altura deslumbra por su belleza.
Un valle encajonado rodeado de pastizales, bosques y arbustos, donde el arroyo Yerbal Chico, con caídas y saltos de agua, se abre paso entre las elevaciones de la Sierra del Yerbal, forman las 4.413 hectáreas consagradas como Paisaje Protegido.
Este paisaje constituye una de esas postales que se queda grabada en la retina.
Para llegar a esta zona, además de en vehículo propio, se puede ir en autobús de línea hasta Treinta y Tres, y desde allí a la Quebrada, recorriendo 20 kilómetros por la Ruta 8 y por un camino de grava.
Las excursiones de un día, como algunas que ponen sus anuncios en la calle, suelen dedicar nada más que la mañana para recorrer la Quebrada, completando la jornada con almuerzo y paseo en la ciudad de Treinta y Tres. Para poder conocer bien y disfrutar a fondo la Quebrada de los Cuervos, conviene dedicar más de una jornada.