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La ciudad autónoma de Melilla está situada al norte de África, a orillas del Mar Mediterráneo. Al norte, oeste y sur limita con Marruecos. Antiguamente Melilla se denominó Rusadir. Tiene una superficie de 12,5 km2 y una población en torno a los 75000 habitantes.
El clima es templado, suave y húmedo con vientos de levante, poniente y, ocasionalmente, procedentes del Sáhara. Su temperatura media se sitúa en 19º.
La vía aérea es la más rápida para viajar a Melilla. Existen vuelos desde Madrid, Barcelona, Almería, Granada, Málaga y Valencia. El transporte marítimo es en ferrys que salen de Motril, Málaga y Almería.
La lengua oficial es el castellano aunque existe un movimiento de cierta importancia que presiona para que el tamazigh sea lengua cooficial. También se habla árabe y en menor medida el hebreo.
Su cultura es una convivencia de cuatro religiones, hindú, judía, cristiana y musulmana. Las fiestas musulmanas suelen ser más abiertas al público, celebrándose sobre todo en los barrios con mayor población de esta religión y en la zona del puerto. Es de destacar la fiesta de Aid al-Kebir, del Cordero, la más importante de esta religión. Otras fiestas importantes son la Feria Medieval y la Virgen del Carmen en julio, la Semana Náutica en agosto y el Día de Melilla en septiembre.
En la Plaza de Estopiñán, la antigua Torre de la Vela está ubicado el Museo de Arqueología e Historia. Consta de tres plantas y una torre de cinco pisos. En la planta baja están las oficinas y la biblioteca, en la segunda, prehistoria, numismática y antigüedad clásica. La tercera está dedicada a la edad media, moderna y contemporánea así como un área de descanso para visitantes. Desde aquí se puede acceder a la batería de la Muralla Real, donde existe una exposición permanente y disfrutar de maravillosas vistas del puerto y de la ciudad.
Otro monumentos de interés son las Cuevas del Conventico, el yacimiento púnico-romano, aljibes, la iglesia de la Purísima Concepción, allí se expone la imagen de la Virgen de la Victoria, patrona de Melilla.
La gastronomía bereber es la más llamativa y gustosa, cuscús, pastela, msemen, pinchos de pescado y carne. La bebida por excelencia es el té verde con hierbabuena. Es de destacar además algún plato de cocina gallega y andaluza.
Existe una amplia oferta de bares de copas, tabernas y restaurantes. La opción de alojamiento en pensiones y hoteles es variada, además del Parador Nacional de Pedro de Estopiñan.