Lo que un argentino admira de Montevideo

La foto que ilustra el post es un admirable recuerdo que nos dejó el fotógrafo Yann Arthus-Bertrand.

Los montevideanos consideran al río como el mar. Para admirarlo desde todos los ángulos existe la rambla. Son 30 km de excelente cinta natural para correr, con sectores para andar en bici y patinar. Al cruzar Artigas, se vuelve distinguida y cotizada: los edificios de la primera línea rondan los 300 mil dólares. En un día despejado, desde Carrasco se divisan el Cerro de las Ánimas y el Pan de Azúcar, en Piriápolis. Más allá, playas. Hasta el Chuy, en el límite con Brasil.

En Pocitos, una visita raya el orden de lo bizarro: el Castillo Pittamiglio. Concebido por el arquitecto Humberto Pittamiglio, un excéntrico que plasmó en su obra los símbolos básicos de la alquimia: cuadrados, octógonos y círculos. Se hacen visitas guiadas y hay un restaurante.

Después de una remodelación de varios años y en distintas etapas, el Teatro Solís parece transitar su mejor momento.

Relacionados:

1 comentario en “Lo que un argentino admira de Montevideo”

  1. Hola, quizas no lo conocen, pero la zona de mas de moda en montevideo es el Puerto del Buceo, en donde esta el World Trade Center. Es una zona muy linda, muy buenos restaurantes y bares, la verdad se lo recomiendo. Quizas les interese conocer afterhotel.com.uy, yo me hospede ahi y la verdad estas cerca de todo. Les recomiendo visitar el bar Burlesque, esta sobre una calle al costado del WTc donde estan todos los restaurantes y clubs, al menos 10 opciones bien diferentes, vale la pena viajar a montevideo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *