Santa Eulalia del Río es el tercer municipio más habitado de Ibiza. Se encuentra ubicado al este de la isla, a escasos quince minutos en coche del centro de la capital. Debe su nombre al único río de la isla, que desemboca en el propio municipio. Entre sus principales atractivos se encuentra el Paseo Marítimo de la Alameda, el Monte Puig de Missa (donde se encuentra la iglesia de Santa Eulalia), el Museu Barrau (museo etnográfico ubicado junto a la iglesia), dos mercadillos hippies (mercado de las Dalies y mercado de Punta Arabí), entre otras atracciones. Sin embargo, si por algo destaca Ibiza es por sus playas.
En Santa Eulalia se encuentra Cala Llonga, a diez minutos aproximadamente de la propia Santa Eulalia. Se trata de una pequeña playa bastante conocida en la localidad y a la que puede accederse por carreteras en zigzag, desde las que el viajero inmediatamente disfruta de unas vistas asombrosas. La playa se encuentra en una bahía cubierta por colinas de bosques de pinos. La poca profundidad de sus aguas hacen de la playa un espacio seguro para los niños, con lo que Cala Llonga es un punto de interés en Santa Eulalia tanto para el turismo joven y sin hijos, como para el turismo familiar. Además, en esta época del año, cada verano, se abre una pequeña feria que incluye coches de choque, coches eléctricos y camas elásticas para el disfrute de los más pequeños. En la misma playa, se puede encontrar tiendas, restaurantes, alojamiento… Todo ello configurado de tal modo que el turista tiene a mano lo que necesita sin tener que abandonar Cala Llonga. De este modo, el viajero se puede alojar en un apartahotel como El Pinar, que tiene buenas opiniones entre sus huéspedes, y desde aquí moverse por el resto de la isla, sin renunciar a la intimidad que proporcionan sus estudios y apartamentos de un dormitorio, con cocina incluida y vistas al mar.
¿Qué hacer, qué ver, qué hay cerca?
- Comprar en el mercadillo hippy. Abierto desde 1954, los puestecillos se disponen en amplios espacios en los que el turista puede comprar ropa o souvenirs de recuerdo. Según la época del año, los productos varían en función de la temática.
- Hacer buceo. Es posible alquilar equipos de submarinismo con los que explorar la Cala. También se puede alquilar barcas con pedales o hacer excursiones en piragua por la costa.
- Para quien prefiera el secano a los deportes acuáticos, hay una ruta de senderismo que parte de Cala Llonga y llega hasta Cala Blanca. En este itinerario, el viajero puede disfrutar de parajes montaños atravesados por bosques y túneles que conducen al mar.
- Próxima a Cala Llonga se encuentran otras calas más pequeñas: Salt d’en Serrà y Cala Olivera. Ésta última permite el acceso al turista, quizás para un día de picnic acogedor y tranquilo, al ser una de las menos frecuentadas.
Como colofón, aparte de visitar los monumentos mencionados al principio del artículo, también se puede disfrutar de las fiestas patronales que se suceden cada año en las siguientes fechas: Fira des Gerret, en la que se desgusta el pescado típico de la localidad (12 de febrero); Semana Santa; Fira de Estocs (en el mes de abril y octubre), en la que se venden complementos, calzado, objetos decorativos, electrónica… y se hacen talleres, juegos y proyecciones de cine en el Teatro España; Fiestas del Primer Domingo de Mayo, con ibicencos ataviados de los trajes tradicionales, que bailan el payés al son de las castañuelas, el tambor y la flauta; Festival del Teatro Barruguet (a finales de mayo), en el que la localidad se convierte en un escenario que ofrece artes escénicas tanto en las principales calles, como en el Teatro España, el Palau de Congressos y las Salas de Exposiciones, donde lucen sus representaciones teatrales diversas compañías procedentes incluso de otros países.