Viaje a Marruecos

El reino de Marruecos es un país situado en el norte de África, con costas en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico. Al sur limita con Mauritania y el Sáhara Occidental que está ocupado militarmente. Al este limita con Argelia, con las fronteras cerradas desde 1994. Al norte tiene fronteras con España por mar y por tierra con las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta. Está separado del continente europeo por el estrecho de Gibraltar. Su capital es Rabat.

Su geografía física es muy variada, desde las grandes cordilleras como el Rif y el Atlas, valles y paisajes costeros. El clima es desde mediterráneo hasta desértico con lluvias concentradas en la estación invernal. Las temperaturas, según las altitudes están entre los 10º y los 25º.

La vegetación que predomina es el bosque mediterráneo y las especies más abundantes son el alcornoque, el pino y el cedro.

La lengua hablada en Marruecos son el árabe marroquí, el español en algunas zonas y dialectos bereberes, aunque los idiomas oficiales son el árabe clásico y el bereber. Cuando el rey quiere que su discurso llegue a un gran número de personas utiliza el árabe clásico e internacionalmente usa el francés.

Marruecos es un país con gran atractivo cultural, tradicional y paisajístico, el turista encuentra múltiples opciones y su viaje será para recordar.


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1 comentario en “Viaje a Marruecos”

  1. Hola a todos viajeros :
    Acabamos de llegar de Marruecos. Apasionante sus gentes, sus paisajes y todo lo que hemos vivido.
    Hemos sentido el calor de Marrackeg con su maravillosa plaza y sus gentes que no paran de ir de un sitio a otro. Son tantos los estímulos que no sabes a donde mirar para no perderte nada.
    Hemos bajado hasta el desierto pasando por las maravillosas gargantas de Dades con sus llamativas rocas esculpidas de manera natural por el viento. Difícil se hace poder comparar esta estupenda vista paisajística con la impresión que nos causó a todos también el otro lado de la garganta cuando entramos en Todra y sus inmersas paredes rojas parecían envolvernos. Unos paisajes inigualables. Dormimos en un estupendo hotel donde nos acogieron como si estuviésemos en nuestra propia casa. Nos invitaron a fumar la pipa con tabaco de manzana y la compartimos con el calor de la chimenea y los tambores que tocaban algunos chicos y que intentaban bailar los turistas que allí estábamos.
    A la mañana siguiente un estupendo desayuno y a la carretera otra vez, deseando llegar al desierto pero sin querer perdernos ni un sólo detalle porque no podíamos quitar los ojos de los paisajes que veíamos en el camino. Nos subieron por una carretera donde dejamos atrás millones de curvas que ondeaban sobre la montaña y a unos kilómetros nos bajamos del 4×4 para hacer fotos y comprobamos el camino recorrido. Desde lo alto se veía nuestro hotel al que por un lateral le pasaba un río que murmuraba por la noche cuando dormíamos.
    Emprendemos de nuevo la marcha hasta llegar al desierto pasando por Rissani, donde hicimos una parada para ver su mercado local y comprar algunas especies, armicle y diversos caprichos.
    Al fin llegamos al desierto y nos alojamos en un estupendo riad en Hassilabiad en un pueblo bereber con gentes muy hospitalarias y serviciales. Desde allí casi podíamos tocar las dunas del desierto. Una autentica maravilla.
    Al día siguiente visitamos el campamento nómada donde una señora nos sirvió un buenísimo té y nos invitó a tomarlo bajo su Jaima. Por la tarde salimos desde el riad para hacer una ruta a camello que nos conduciría directos al desierto por las majestuosas dunas. Allí y como siempre con una gran sonrisa nos esperaban en el campamento. Por la noche y bajo un millón de estrellas nos colocaron una mesa sobre una manta con su mantel rojo y nos prepararon un riquísimo tallín de pollo que nos supo a gloria. Después del intenso día llegó el momento del descanso en un silencio sonoro y con la luz intensa de las estrellas que apenas te daban ganas de cerrar los ojos.
    Por la mañana desayunamos en aquel entorno tan distinto y luego al riad donde nos bañamos y pudimos disfrutar un rato de la piscina del riad.
    Llegada la tarde nos recogieron y nos llevaron a un pueblo llamado khamlia donde pudimos disfrutar de sus maravillosa música Gnaoa traída desde Malí y cantada ahora por los bereber establecidos en el desierto. Volvemos al riad, estupenda compañía y mejor cena y un merecido descanso.
    A la mañana siguiente partimos hacia Quazarzate una ciudad fascinante a la que llaman el Hollywood de Marruecos por sus estudios de grabación. También hemos visitado la precioso El ksar de Ait Benhaddou es uno de los mejor conservados de todo el territorio marroquí.
    De camino hacia Marrackeg atravesamos el impactante Atlas sorprende sus maravillosos paisajes. En el camino hemos hecho una parada para comer y comprar el milagroso aceite de Argán. Luego continuamos nuestro camino atravesando estas maravillosas montañas llenas de magia y color.
    Por la tarde llegamos a Marrackeg dejando atrás con mucha pena un maravilloso viaje lleno de encanto, buena gente y espectacular.
    Tengo que agradecer a mi estupendo guía y amigo Hassan por siempre lo atento que estuvo con nosotros y como nos hizo llegar el sentimiento de su gente y de su pueblo bereber. MUCHAS GRACIAS HASSAN.
    De verás creo que sin ti nada de esto podía haber sido tan especial y maravilloso. Os recomiendo un buen guía local y si queréis localizarlo os dejo su correo. saharaviaje4x4 @ gmail.com

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